Guardé mi mascara en el cajón del tocador,
me despeine y me miré la cara.
Luego me vestí de luz, me puse mi collar de esperanza.
Me dibujé sonrisa y salí a regalarla...
A cada cual, según necesitaba...
Las calles grises, tristes y cansadas
iluminaba mi vestido - sol.
Con cada paso todo cambiaba...
Lo gris se convertía en color,
los ojos tristes ya cantaban alegría,
los corazones se llenaban de amor.
Luego me vestí de luz, me puse mi collar de esperanza.
Me dibujé sonrisa y salí a regalarla...
A cada cual, según necesitaba...
Las calles grises, tristes y cansadas
iluminaba mi vestido - sol.
Con cada paso todo cambiaba...
Lo gris se convertía en color,
los ojos tristes ya cantaban alegría,
los corazones se llenaban de amor.
©Nadezhda Petkova Kostadinova