Misterioso señor,
buscador nocturno de placeres prohibidos, viajero en el espacio entre lo real y el cuento. Esta noche soy yo la que busca. Soy la que ha dejado atrás todo aquello que pueda impedir que lo encuentre. Sé que intenta hacer lo mismo, que su corazón me siente y su boca no deja de repetir mi nombre. No eran mis cantos que lo hechizaron, sino la belleza que llevo dentro. Y el hechizo nos enredó a los dos, cazador y cazado...
©Nadezhda Petkova Kostadinova
Misterioso señor,
sé que anda fuera perdido, intentando volver a verme. Sé que su corazón es su consejero, pero lo acobarda el miedo.
Puede que sea yo una sirena, una hija del agua, pero sé amar con el corazón humano que late en mi pecho.
No tema, acercase a mi reino...
©Nadezhda Petkova Kostadinova
Misterioso señor,
sé que lo que se escucha en la oscuridad son sus pasos, indecisos. Quizás sea un visitante grato o un intruso... Pero esto nadie lo puede decir, hasta que no pase por la puerta.
Es Usted un misterio, un enigma que no consigo resolver. O simplemente no quiero...
Cansada de tanto perseguir a una sombra, una sombra oscura y engañosa, dejé que el corriente me lleve hacia algún lado...
©Nadezhda Petkova Kostadinova
Misterioso señor,
perdido entre dos mundos, enredado en pasiones que lo llevan a la locura, no esconda su rostro tras una máscara. Sé que tras ella se esconde un alma puro y un corazón noble. Sé que tiene miedo, que lo acobarda lo desconocido, pero más fuerte es el deseo, que lo empuja a lo hondo, en las puertas de mi reino. Quizás quiere dejar atrás a su mundo, o simplemente siente la necesidad de verme, tocarme, besarme...
©NadezhdaPetkova Kostadinova, 2014
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