lunes, 7 de marzo de 2016

Mereció la pena

Quemé mis pies al intentar alcanzarte,
pero aún así mereció la pena,
porque no soportaría quedarme
lejos, muy lejos de ti...

Quemé mis dedos al intentar acariciarte,
pero aún así mereció la pena,
porque no aguantaría ni un instante más
sin poder sentir tu presencia...

Quemé mis labios al intentar besarte,
pero aún así mereció la pena,
porque no podría irme a dormir tranquila,
sin que tus besos me acompañasen...

©Nadezhda Petkova Kostadinova, 2016
Todos los derechos reservados

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