Acaricia la noche mis manos,
con aquella ternura que es sólo tuya,
cierro mis ojos y vuelvo a verte,
igual que lo hacías antes...
Entrar de puntillas y acercarte
hasta que tus labios rocen los míos,
bebiendo de mis suspiros,
con esa sed, que es sólo tuya...
©Nadezhda Petkova Kostadinova, 2015
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