No son de guerra las marcas en tu piel,
aunque tu alma es de guerrero,
y tu corazón esconde recuerdos
de batallas crueles...
Y aún así, eres un ser especial,
un soldado del destino,
enamorándose sin piedad,
abriéndose nuevas heridas.
Pero te alimentas de ese sufrir,
te conviertes en un hombre verdadero,
y en tus ojos se puede leer
solamente lo que tu corazón siente...
©Nadezhda Petkova Kostadinova, 2015
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