sábado, 26 de septiembre de 2015

Corriendo

No conocen mis pies descalzos
ese camino que atraviesa tus sueños,
pero no temo de lanzarme a correr
para llegar al fondo, alcanzarte,
mientras mis ojos intentan encontrar
tu rostro en la oscuridad escondido.
Poco a poco se acostumbra mi vista
y consigo distinguir tu silueta,
acercándome por tu espalda
susurro tu nombre, para que sepas
que los pasos que escuchas son míos,
los pasos de mis pies descalzos.
Y sigo corriendo por el caminito,
de vez en cuando mirando atrás,
por si te hayas atrevido a seguirme,
por si me llegaras a alcanzar.
Desconocían mis pies descalzos
el camino por donde vuelven a correr
todas las noches a la misma hora.
Cierra los ojos y me dejaría ver....

©Nadezhda Petkova Kostadinova, 2015
Todos los derechos reservados

1 comentario:

  1. ...Soñar... Es una llamda a caminar, de dos formas posibles: Una, que viene de ella hacia él; otra, ...que se desea que venga de él hacia ella. (Pero, ¡ay!, él no se muestra...) Quizá sea mejor así. Lo propongo porque la ensoñación y el deseo son más fuertes que una realidad anodina y sin pulso. La persona-mujer que habla en tu poema tiene energía cósmica.
    En "La tempestad", de Shakespeare, se dice:
    "Estamos hechos
    de la misma materia de los sueños,
    y nuestra pequeña
    vida cierra su círculo con un sueño".
    (Contiene muchas dimensiones este poema; y sólo he hablado del diálogo que plantea). sabes que me gusta.
    Gracias, Nadezhda

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