Y se pasan los días entre tus dedos
cómo los granitos de reloj de arena.
Uno tras otro...
Demasiados perdiste buscando,
demasiados vagando.
Hoy te miras en el espejo
y no reconoces tu cara.
Demasiados granitos perdidos,
demasiadas arrugas...
©Nadezhda Petkova Kostadinova, 2015
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